viernes, 26 de julio de 2013

"Los purépechas"

Los purépecha (p'urhépecha o p'urhé, idioma purepecha ) son un pueblo indígena que habita primordialmente en el estado de Michoacán, México, que fueron conocidos como los michoacas o michoacanos en su etimología náhuatl, como habitantes del Michuacan (lugar de pescados), y que también habitaron en los estados de Guanajuato y Guerrero, en México. Actualmente también existen grupos purépechas que han migrado y se han establecido en otros estados de la República Mexicana como Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Distrito Federal, Colima y Baja California así como en los Estados Unidos u otros países no limítrofes como Canadá y Groenlandia donde realizan actividades pesqueras. Las actividades básicas de la mayoría de los purépechas son la agricultura, ganadería, alfarería, pesca y la elaboración de diversas artesanías y trajes típicos de su cultura.


Historia
Entre los siglos XV y XVI, el imperio purépecha, con capital en Tzintzuntzan, fue una potencia mesoamericana de primera magnitud que resistió el empuje del Imperio mexica. Su imperio abarcaba la parte sur del estado de Guanajuato, todo el estado de Michoacán y la región norte del estado de Guerrero hasta lo que hoy es el estado de México. Su éxito militar y económico se debió en parte a que los purépechas eran hábiles trabajadores de metales como el oro y el cobre .2 Este factor sin duda ayudó a mantener su independencia de los aztecas. Los purépechas antiguos eran hablantes exclusivos del idioma purépecha, una lengua aislada que no guarda relación histórica demostrada con ninguna otra en la región.ma purépecha, una lengua aislada que no guarda relación histórica demostrada con ninguna otra en la región.


Imperio purépecha

El mayor personaje en la historia de los P'urhépecha es el rey Tariácuri (sacerdote del viento) nacido en el siglo XIV, un símil de Topiltzin Quetzalcóatl. Durante el reinado de Tariácuri el pueblo P'urhépecha se consolidó como un poderoso imperio cuya influencia se expandió enormemente lo largo de Mesoamérica. Al final de su vida, Tariácuri dividió administrativamente su imperio en tres reinos, uno resguardado por su hijo Hiquíngare y los otros por sus dos sobrinos Hirípan y Tangaxoán. Posteriormente Axayácatl, emperador de los aztecas, invadió el imperio purépecha , lo que conllevo a que se unieran los tres reinos divididos en uno solo, con Tangaxoán I como rey de el imperio re-unificado que logró expulsar finalmente a los mexicas del territorio purépecha. Sin embargo los conflictos entre nahuas y purépechas no terminarían, ya que después de la derrota de los méxicas comenzaría la guerra del salitre.
Después de la llegada de los españoles, el irecha ('señor de las innumerables casas') o señor michoacano Tangaxoán II se sometió sin presentar resistencia ante el conquistador hispano Cristóbal de Olid con el objetivo de salvar a su gente y de negociar un tratado de paz. En 1530 el gobernador y presidente de la Primera Audiencia Nuño de Guzmán saqueó la región, destruyendo templos, centros ceremoniales y tumbas en búsqueda de metales preciosos. Asimismo, mandó ejecutar a Tangaxoán II, después de someterlo a un juicio en que se le acusó de dar muerte a españoles, mantener ocultamente su antigua religión y alentar la desobediencia. Esto provocó un caos en la región. Muchos indígenas huyeron a los cerros y ocurrieron diversos episodios de violencia.


Religión



Originalmente la cultura purépecha tenía su propia religión original y nativa del imperio Purépecha que mantuvo hasta el contacto hispánico, posterior a éste contacto comenzó la evangelización de los purépechas, por parte de las órdenes fransciscanas en las regiones fronterizas del imperio purépecha, ya anexado a la corona española cuando todavía vivía Tangaxoán II. Posterior a la muerte de Tangaxoán II provocada por Nuño de Guzmán, se produjo una rebelión en la región, por lo cual se comisionó a los misioneros franciscanos y agustinos, y al abogado y humanista Vasco de Quiroga, calmar la situación después de la Segunda Audiencia (y de la deportación de Nuño de Guzmán a España), lo que desembocó en la adopción del catolicismo de gran parte de los purépechas a mediados de la era colonial. Actualmente la mayor parte de los purépechas son católicos.
La religión purépecha prehispánica
Tradicionalmente se ha considerado que la religión P'urhépecha prehispánica era de tipo politeísta. Aunque José Corona Núñez sugiere que creían en un principio creador conformado por una parte masculina Curicaveri o Curicaheri y otra femenina Cuerahuáperi. Existía también la "palabra" o "soplo divino" o mensajero, llamado Curitacaheri. También esta triada se puede ver como la madre, el padre y la creación del nuevo ser; mientras que el principio creador masculino se representaba por medio del Sol, el principio creador femenino por la Luna y el producto o mensajero era Venus.
El cosmos de los p'urhépecha estaba formado por tres mundos: el mundo de los muertos Cumánchecuaro situado bajo Tierra, el mundo de los vivos Echerendu situado en la superficie de la Tierra y el mundo de los dioses engendradores Aúandarhu situado en el cielo. Mientras que el cosmos se dividía en cinco diferentes direcciones, cada una custodiada por deidades llamadas Tirépemes:
Dirección (casa) Oriente: identificado por el color rojo, lugar donde renace el Sol y custodiada por Tirépeme-Quarencha.
Dirección (casa) Occidente: identificado por el color blanco, lugar donde moría el Sol y custodiada por Tirépeme-Turupten.
Dirección (casa) Norte: identificado por el color amarillo, dirección del solsticio de invierno y custodiada por Tirépeme-Xungápeti.
Dirección (casa) Sur: identificado por el color negro, entrada al paraíso (tlallocan mexica) y custodiada por Tirépeme-Caheri.
Dirección (casa) Centro: identificado por el color azul, lugar donde renace el Sol y custodiada por Chupi-Tirépeme.

Costumbres



Las comunidades indígenas de Michoacán acostumbran sembrar maíz azul, morado y blanco, junto con cultivos de calabaza y frijol, lo cual da sustentabilidad a la siembra, ya que todos se complementan. El maíz es moneda, es reserva, para intercambiarlo o venderlo por otros productos que necesita la familia. Si se siembra frijol con maíz, se tiene asegurada la comida para todo el año.
En la meseta purépecha, en la milpa, la mujer trabaja del lado del marido, junto con los hijos y los nietos. Así, en la preparación de la tierra, la siembra, la asegundada y la cosecha, la familia convive y se integra. Se come en la milpa entre los surcos y muchas veces la mujer marca el ritmo del trabajo.Tradicionalmente, el atole de maíz forma parte de los momentos relevantes del ciclo de vida en la región purépecha. Está presente en el nacimiento como alimento de la madre y se obsequia en el bautismo; en la “fuga” de la novia y el “perdón”; se ofrece a los padres de la “raptada”, y también forma parte de la fiesta de la boda. Igualmente, se bebe atole como parte del evento ceremonial, donde se da nombramiento de “cargueros” y no puede faltar en los velorios.
En Michoacán, en bodas, bautizos y fiestas patronales se acostumbra dar de comer a los invitados churipo, que es un caldo de res con chile rojo y corundas. Esta es la comida de fiesta más tradicional, señala Adelaida Huerta Solís, originaria de la comunidad de Santo Tomás, en la cañada de los 11 pueblos, una de las tres regiones de la cultura purépecha en la entidad.La corunda más tradicional de la región es la qu e va rellena de frijoles, que en purépecha se denominan jaguacatas .En cambio, en los funerales se acostumbra dar atapakua a los invitados, un platillo consistente en mole rojo con queso, espesado con maíz morado o azul, molido en metate; también puede llevar semilla de calabaza o chilacayote. De igual forma, se acostumbra el xanducata, que es mole rojo con queso espesado con masa y lleva carne.

Día de muertos



Dos de las celebraciones más importantes de México se realizan en el mes de noviembre. Según el calendario católico, el día primero está dedicado a Todos los Santos y el día dos a los Fieles Difuntos. En estas dos fechas se llevan a cabo los rituales para rendir culto a los antepasados.
Es el tiempo en que las almas de los parientes fallecidos regresan a casa para convivir con los familiares vivos y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares domésticos.
La celebración del Día de Muertos, como se le conoce popularmente -también conocida como noche de muertos-, se practica a todo lo largo de la República Mexicana. En ella participan tanto las comunidades indígenas, como los grupos mestizos, urbanos y campesinos. En la región lacustre, los poblados en que la festividad ha cobrado más fama, son Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Janitzio, Ihuatzio y Zirahuén, entre otros.
Según la creencia del pueblo, el día primero de noviembre se dedica a los “muertos chiquitos”, es decir, a aquellos que murieron siendo niños; el día dos, a los fallecidos en edad adulta. En algunos lugares del país el 28 de octubre corresponde a las personas que murieron a causa de un accidente. En cambio, el 30 del mismo mes se espera la llegada de las almas de los “limbos” o niños que murieron sin haber recibido el bautizo.
El Día de Muertos, como culto popular, es un acto que lo mismo nos lleva al recogimiento que a la oración o a la fiesta; sobre todo esta última en la que la muerte y los muertos deambulan y hacen sentir su presencia cálida entre los vivos. Con nuestros muertos también llega su majestad la Muerte; baja a la tierra y convive con los mexicanos y con las muchas culturas indígenas que hay en nuestra República. Su majestad la Muerte, es tan simple, tan llana y tan etérea que sus huesos y su sonrisa están en nuestro regazo, altar y galería.
La ofrenda que se presenta los días primero y dos de noviembre constituye un homenaje a un visitante distinguido, pues el pueblo cree sinceramente que el difunto a quien se dedica habrá de venir de ultratumba a disfrutarla. Se compone, entre otras cosas, del típico pan de muerto, calabaza en tacha y platillos de la culinaria mexicana que en vida fueron de la preferencia del difunto. Para hacerla más grata se emplean también ornatos como las flores, papel picado, velas amarillas, calaveras de azúcarlos sahumadores en los que se quema el copal .